Atractivos en Purmamarca - Provincia de Jujuy
Iglesia de Pumamarca: Data del año 1.648, testigo es su dintel de madera que se observa en su puerta principal. Consagrada a Santa Rosa de Lima - fue construida en 1648. La fiesta patronal se celebra el 30 de agosto, cuenta con actos religiosos, sikuris, misachicos con acompañamiento de erques y bombos. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en el año 1.941, de arquitectura sencilla, muros de abobe, techo de cardón y torta de barro, su nave única y angosta, imágenes en su interior y pinturas cuzqueñas del siglo XVIII.
Cuesta de Lipán:Forma parte del camino que nos conduce al límite con Chile sobre Ruta Nacional Nº 52, caracterizado por el serpenteo del trazado y por el paisaje imponente que representan la Quebrada de Sepultura y Lipán.
POR PURMAMARCA CAMINO A CUESTA DE LIPAN
FIESTA DE LA PURISIMA EN TILCARA
Fiesta de la Purísima en La Cueva Cada 8 de diciembre, se pueblan sus calles deshabitadas del paraje enclavado en un paisaje maravilloso.
TILCARA. La Cueva está algo más allá de Iturbe, pero no por el transitado camino a Iruya. Pertenece a un tiempo anterior a la llegada del ferrocarril, cuando por su ubicación era paso obligado para el comercio que bajaba del Alto Perú.
El tren se llevó a la gente, porque la estación no la pusieron allí sino en Iturbe, y luego, con su cierre, se fueron por el resto del mundo.
Muchos de ellos, hijos y nietos de cueveños, regresan cada ocho de diciembre para celebrar la fiesta de la Purísima.
La misa comienza en la iglesia, una de las más antiguas de la zona con las de Uquía y la de la ciudad de Humahuaca, recientemente pintada por iniciativa de la Comisión Municipal de Iturbe más el aporte de Leonardo Mendoza. El celeste de su frente se ve ya llegando a las curvas que debe sortear un camino que bordea, desde lo alto, el lecho del río.
Allí, mientras el padre Ricardo nos recuerda que la pureza de María era menos por su falta de pecados que por su exceso de virtudes, los peregrinos les encienden velas a las dos imágenes marianas que encabezarán la procesión, y a algunos misachicos caseros, muchos de ellos en urnas que son verdaderas obras de arte. Los llegados salen del templo alzándolos entre campanadas y estruendos que se repiten en el faldeo del cerro, y cruzan en procesión una playa generosa en quinchamal y rica rica, sahumándolos en cada parada.
Así se llega a la cueva, en un vientre húmedo del cerro sobre cuya cima los antiguos construyeron su antigal. Se suceden cantos que se mezclan, letánicos, con el incienso, repitiendo: "oh María del Rosario de la Cueva, dulce imán. Flor intacta, madrecita, de nuestra tierra natal. Virgen buena que llegaste con tu manto maternal, en la Cueva te quedaste como reina tutelar. Entre cerros y quebradas, por los llanos hasta el mar, es la Virgen que reclama nuestro sentido cantar".
Luego vuelven a redoblar las bandas de sikuris femenina y masculina del barrio Márquez Bernal, de Humahuaca, y otra de Iturbe, y las imágenes regresan por la playa hasta el templo, cuyo cuerpo se yergue renovado entre tanta casa abandonada, algunas de las cuelas rezan sobre su puerta un olvidado oficio de almacén. Sólo dos mujeres viven allí, y a un lado de la casa se terminó este año de levantar un salón para los peregrinos, donde se sirve la generosa invitación de asado con mote y locro.
La comunidad de los peregrinos reboza la sala y se acomoda contra las paredes del patio amplio, por momentos bajo el agua de una llovizna, mientras los vehículos esperan en el lecho seco del río.
Poco a poco la gente se irá yendo, dejando esas calles que respetaban las peñas que se alzaban del suelo, y el silencio recuperará sus espacios, condicionado siempre por el retorno de la fe y de la fiesta, desde que en 1875 apareció la imagen mariana en la cueva, bajo el cerro.
NOCHE DE TRADICION ARTISTICA CON ESENCIA JUJEÑA
Música, poesía y canto fueron las disciplinas artísticas que se apoderaron del Teatro Mitre recientemente.
Por Lorena Cruz del Tribuno de Jujuy
Los flecos bailaban gráciles en los ponchos y jugaban con las sombras de una intensa luz roja, que se proyectada desde lo alto del escenario mayor, donde la esencia de nuestra tierra se representó en la música del espectáculo "Tientito pa? mis ojotas", del maesro Fortunato Ramos.
Como en un viaje por la geografía de nuestra provincia y un recorrido mediante fotos, los presentes se trasladaron imaginariamente a los paisajes quebradeños.
Luego, la calidez de la escena se reflejaba en los músicos, que por un instante se convirtieron en estatuas vivientes, escuchando las poéticas palabras con el sello de la voz del coya, interpretada por el reconocido folclorista.
Es así, que teñido de una luz roja junto a su acordeón (inseparable amigo musical) saludó Fortunato Ramos a todos los presentes con un demostrativo entusiasmo ante un nuevo encuentro con el público jujeño.
Con la misma alegría ejecutó el primer tema de su repertorio instrumental y, con la magia que siempre tiene la música de nuestra tierra, capturó la atención de quienes asistieron a este espectáculo melódico y poético. Después, el artista explicó a todos la génesis del concierto y su profundo significado.
Este espectáculo llevó el nombre de "Tientito pa? mis ojotas" porque el músico expresó "El tientito es una lonja de cuero de llama o de vacuno que sirve para arreglar las ojotas, calzado del arriero" y luego explicó "Así como el tientito es imprescindible para la ojota, o como la lengüeta para el acordeón...o también como la coca para quitar las penas...así su significado encierra la solución para los problemas" y que "siempre hay un repuesto en el trabajo, en la salud, para seguir andando por la vida por eso ???ojalá que siempre haya tiento pa? las ojotas!!!".
Luego, los músicos anunciaban sutiles el regreso a escena de las canciones y los ojos de Ramos se cerraron para trasmitir con mayor sentimiento afinadas armonías que sus dedos convertían en taquiraris y bailecitos.
Otra vez, un momento de remembranza llegó tras la anécdota del arriero, aquél trabajador del norte que, en tiempos inmemoriales, hablaba con su burro, un compañero que a través del habla le revelaba las andanzas de otros animales. Se trata acaso de misterios que escondían y esconden los incolumnes cerros que resguardan secretos ancestrales. Dedicada para este trabajador, muchas veces desconocido, fue la música de un charango que, ejecutada por José Humana, realizó la canción "El arriero". Después de escuchar de boca del maestro, otra anécdota ocurrida en Humahuaca y centrada en una graciosa discusión entre odontólogos, sobre implantes, incisivos y molares, se produjo un duelo; pero no de anestesias, ni de enjuagues bucales, sino de algo más autóctono y andino, como son los vientos que se hicieron canción en quenas, tollos y sikus, interpretada por Cristian Urbina y Javier Humana. Como resortes en sus manos, los pliegues del acordeón auguraban la próxima composición musical para homenajear a la Pachamama; por eso "Tiempo y mama" fue para ella, quien custodia los cerros.
Llegó el turno del primero de los dos invitados musicales de la velada, entonces se duplicaron los acordeones con la llegada de Marcelino Ramos que interpretó junto a Fortunato, carnavalitos al son de las palmas del público.
La segunda invitada fue Mónica Pantoja, que también recibió el cariño del público. Con un villancico de regalo, el músico anfitrión expresó sus buenos deseos para el 2009 y los aplausos se apoderaron del coliseo jujeño.
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